Manifiesto
Empecé a los 14, era un “pibito con acento Maracucho”, lo único que quería era tocar la batería y la guitarra.
Comencé a escribir canciones románticas, motivado por el primer amor de adolescente.
Jamás imaginé que esto iba a llegar hasta donde ha llegado. Era capaz de cualquier cosa con tal de que mi música tocara el corazón de la gente.
Los sueños eran chiquitos, las posibilidades…más chiquitas todavía.
Nadie imaginaría esto, yo menos.
He recorrido Iberoamérica por más de 45 años,he paseado con mis anhelos hasta “La Cima Del Cielo” y con mis convicciones hasta “El último lugar del mundo luego de la cordillera”…
y aquí estoy, parado al filo de la mejor etapa de la vida mirando para atrás, pero sobre todo, mirando para adelante… el porvenir apenas está por venir…
Hasta aquí, creo que no sabes aún lo que te quiero contar, pero ahí voy!!!
Por ahí, en medio de los 80’s, solo pensaba en que la espera terminaría pronto, para bien o para mal, que mis anhelos, todos juntos despertarían y sería realidad lo que siempre soñé…no miré para los costados, ya Ale y Héctor habían nacido, me mudé para Caracas. Y ahí, firme mi primer contrato discográfico, pero, no fue arte de magia, no sucedió de un día para el otro, seguí adelante, sin que nada detuviera mi andar, eso si, con la guitarra para todos lados. Escribía y cantaba de día y de noche, días hábiles y feriados, días grises y días soleados, en bares, en restaurantes, en parques feriales.
Hoy miro la senda recorrida y me emociono, quiero volver a recorrer el mismo camino e inclusive, volver a equivocarme, porque valió la pena todo.
Aquellos tiempos significaron la puerta de entrada a todo esto que vivo, pero el precio, sin saberlo, iba a ser demasiado caro. Mucho sacrificio en el medio, viajes y giras pueblo por pueblo en cada rincón de América Latina, ciudad por ciudad, tocando cada puerta, atesorando cada logro por muy chiquito que fuera, cada paso por muy corto, para mí era gigante. Me tomaba un aplauso, como si fueran diez mil.
He aprendido que nada es más valioso que la libertad y es de esa libertad que quiero hablarte.
En el 2020, en medio de la pandemia, concluí mi último contrato discográfico, me sentía en medio de una encrucijada, debía decidir si continuar trabajando como estaba acostumbrado, bajo el ala de una disquera mayor, o, si ya era hora de emprender vuelo en libertad.
Me decidí por lo desconocido, y aquí voy…
Volando y sonriendo.
Después de tanto tiempo, hoy siento la alegría de volver a grabar mis primeros álbumes, para regalarles la posibilidad de escucharlos como ustedes se merecen, con el sonido de hoy, pero con la historia, la nostalgia y la melancolía de mis primeros pasos.Mi legado de vida y de carrera, para ustedes, para mis hijos, para las generaciones que vienen.
Las canciones principales, mi columna vertebral, los cimientos de mi carrera entera, los mismos arreglos y un sonido de calidad, digno de estos tiempos, estarán pronto nuevamente tocando la puerta de tu corazón.
Mis primeros 6 álbumes, con la evocación de los pasos iniciales de este cantor que hizo de migrante desde chiquito y que está loco por “Volver” aunque todavía no sepa cuándo.
Por eso me detuve, por eso me aparté y me recluí voluntariamente en la paz creativa del estudio de grabación.
Entonces mi amada gente, como recorriendo mis comienzos, me presento de nuevo.
Soy Ricardo Montaner, nacido en Argentina, criado en Maracaibo, Venezuela y residente en unos cuantos corazones iberoamericanos …
Pronto en tus manos.
Del uno al seis:
Ricardo Montaner
(Versión Montaner)
Ricardo Montaner 2
(Versión Montaner)
Un Toque de Misterio
(Versión Montaner)
El Último Lugar del mundo
(Versión Montaner)
Los Hijos del Sol
(Versión Montaner)
Una mañana y un camino
(Versión Montaner)